... sin dormir
La gente dice que cuando nos hacemos mayores pataleamos contra todo lo que nos han dicho, nos revelamos contra el mundo por el que tanto han trabajado nuestros padres. Esa parte del hacerse mayor intenta romper los lazos que nos atan, pero yo no creo que pataleamos por eso. Creo que pataleamos cuando descubrimos que nuestros padres no saben mucho más del mundo que nosotros, no tienen todas las respuestas, nos revelamos cuando descubrimos que nos han mentido desde siempre, que Santa Claus no existe.
Por eso nos gusta pensar que tenemos cierto control sobre nuestras vidas, y muchas veces nos engañamos a nosotros mismos pensando que estamos al mando. Pero entonces pasa algo que nos recuerda que el mundo funciona con sus propias reglas, y no con las nuestras.
Luego no sabes lo que sucederá después. No sabes dónde vas a estar, lo que vas a aprender... pero lo que se sabe es esto: La vida, toda la vida, se trata de hacer preguntas. No de saber las respuestas. El querer ver lo que hay del otro lado de la colina es lo que nos mantiene con vida. Tenemos que seguir haciéndonos preguntas, queriendo entenderlas. Aún cuando sepamos que nunca encontraremos las respuestas... tenemos que seguir haciéndonos las preguntas.