En el claro de la luna donde quiero ir a jugar, duerme la reina fortuna que tendrá que madrugar. Mi guardiana de la suerte, sueña cercada de flor, que me salvas de la muerte con fortuna en el amor. Sueña, talismán querido, sueña mi abeja y su edad, sueña y si lo he merecido, sueña mi felicidad. Sueña caballos cerreros, suéñame el viento del sur, sueña un tiempo de aguaceros en el valle de la luz. Sueña lo que hago y no digo, sueña en plana libertad, sueña que hay días en que vivo, sueña lo que hay que callar. Entre las luces más bellas duerme intranquilo mi amor, porque en su sueño de estrellas, mi paso en tierra es dolor. Más si yo pudiera hacerle miel de abeja en vez de sal, a que tentarle la suerte que valiera su soñar. Suéñeme pues cataclísmo, sueñe golpe largo y sed, sueñe todos los abismos que de otra vida no sé. Sueñe lo que hago y no digo, sueñe en plana libertad, sueñe que hay días en que vivo, sueñe lo que hay que callar. Sueñe la talla del día, del día que fuí del que soy, que el de mañana, alma mía, lo tengo soñado hoy.
Sueñe la talla del día, del día que fuí del que soy, que el de mañana, alma mía, lo tengo soñado hoy.
Silvio Rodriguez
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